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miércoles, 8 de julio de 2009

"Miranda Hoy"

¿Descontento con su gobernante?, aguánteselo


El descontento de los electores con sus mandatarios locales ha ido en aumento. Esto se evidencia en el número de campañas de revocatoria que han comenzado desde el principio de este año. No obstante, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un gobernante salga de su puesto por una revocatoria de mandato.
Este año van 26 municipios en los que sus habitantes han comenzado el proceso de recolección de firmas para revocar la elección de sus alcaldes. De estos intentos de revocatoria, 13 han fracasado porque el número de firmas válidas requeridas no alcanzan las que exige la Ley. Los demás están en proceso de certificación o a punto de que la Registraduría les fije la fecha.En esos intentos de revocatoria se cuentan los de tres ciudades grandes como Tunja, Boyacá; Cúcuta, Norte de Santander, y Palmira, Valle. Además hay otras iniciativas que están todavía en la etapa de recolección de firmas, como la convocada en la red social de internet Facebook que lleva el nombre “Por la Revocatoria del Mandato de Samuel Moreno ¡Únete!”. Este grupo ya ha reunido casi 90 mil descontentos con la gestión de Moreno. En Santa Marta, también hay un movimiento cívico que hace está recogiendo firmas para ver si logra destronar al alcalde Juan Pablo Diazgranados y en Casanare ocurre lo mismo con el gobernador Raúl Iván Flórez. Sin embargo, este mecanismo de participación ciudadana mediante el cual los electores pueden expresar su descontento con una gestión tiene muy poca probabilidad de hacerse efectivo. Desde que fue creado por la Constitución del 91 hace 18 años, ninguno ha prosperado. Desde 1996, fecha en que comenzaron los primeros trámites de revocatoria, hasta hoy, 26 consultas han llegado hasta la etapa en que los electores deben expresarse en las urnas. Ninguna de esas consultas ha logrado el umbral de votantes requerido. Para el analista político, Fernando Giraldo: “el mecanismo de revocatoria es tan complejo que no tiene ningún efecto real y los mandatarios se mantienen”, dijo a Semana.com. Aunque, según el analista, la importancia del mecanismo no se debe medir por los resultados, el hecho de que no se haya revocado a un mandatario no quiere decir que todos los gobernantes hayan merecido terminar sus períodos de gobierno. El mecanismo funciona de la siguiente manera: la ciudadanía debe recoger un mínimo de firmas equivalente al 40 por ciento de los votos que sacó el alcalde o gobernador al que le quieren revocar el mandato. Una vez recogidas las firmas debe presentarlas al Registrador Nacional para que las valide. Si la propuesta de revocatoria cuenta con el número de firmas requeridas, la autoridad electoral programa la votación. Pero, para que el mandatario sea revocado debe participar más del 55 por ciento de las personas que votaron en la elección. Por ejemplo, para que el grupo de Facebook que está contra la gestión del alcalde bogotano lograra llevar a las urnas su revocatoria, debería recoger 368 mil firmas (el 40 por ciento de sus votos que fueron un poco más de 920 mil). Después, para que se derogue su elección, deben acudir a las urnas por lo menos un millón 200 mil bogotanos y que la mitad más uno vote por el sí a la revocatoria. En términos reales, el movimiento por la revocatoria del alcalde de Bogotá tendría que convocar una cantidad de personas, mayor a la que votó por él, para que acuda a las urnas. Es más, si se suman los votos de otros candidatos que no votaron por el alcalde Moreno en 2007, tampoco alcanzarían el umbral para que la revocatoria sea válida. Es decir, es casi imposible revocar un mandato, pese al descontento generalizado de muchos electores. En los municipios más pequeños, tal vez sea más fácil conseguir la cantidad de firmas, pero no así lograr el número de votos requeridos para una revocatoria. Por esta razón muchos mandatarios locales ven con desprecio las iniciativas para deponerlos de sus cargos. Hace unos días el alcalde Rafael Fontalvo, de Palmar de Varela (Atlántico), llegó a decir que le daba risa el proceso de revocatoria de su elección. Otro de los problemas para que el mecanismo sea efectivo es que sólo se puede hacer después del primer año de gobierno de un mandatario y año y medio antes de que termine. Además, después de recaudadas las firmas, proceso que puede tardar varios meses, la Registraduría tarda otro mes en verificar la validez del proceso. Por esta razón los procesos de revocatoria se quedan a la mitad del camino y el mecanismo se vuelve inofensivo. Uno de los debates de fondo sobre este mecanismo de consulta popular es si la facilidad con la que se elige un mandatario debe ser la misma con la que se revoca. A propósito Giraldo dice que “es tan nefasto el hecho de que al elegido no se pueda revocar, como el hecho de que se pueda sacar fácilmente de su puesto”. La razón es que si el mecanismo fuera muy expedito, cada revocatoria crearía un caos institucional que no le permitiría gobernar a un mandatario. No habría sido elegido, cuando sus contendores, y no simplemente por descontento con una mala gestión, ya estarían fraguando su derrocamiento. Sin embargo, la efectividad del mecanismo debería ser cuando menos realizable. Ha pasado un semestre desde que la ciudadanía está facultada para comenzar a organizar los procesos de recolección de firmas para revocar a los mandatarios elegidos en 2007 y ya van 26 intentos. Probablemente otros procesos también cuajen. Para el próximo 12 de julio está programada la consulta popular que definirá la suerte del mandato del alcalde de Sonsón (Antioquia) Jesús Antonio Giraldo, del Partido Conservador. Los habitantes de Somondoco (Boyacá), también decidirán el 26 de este mes si le revocan o no el mandato a su actual alcalde, Cristian Alberto Fernández, de Alas Equipo Colombia. En ese clima de insatisfacción ciudadana, el gobierno nacional propuso una convocatoria a referendo –otro mecanismo de consulta popular- para instaurar la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores. La contradictoria iniciativa es considerada por varios analistas como oportunista pues se da en la antesala de las campañas al Congreso y a la Presidencia de 2010. Esta iniciativa ya ha sido tramitada más de una docena de veces en el Congreso y ha fracasado. Surge la pregunta: ¿no será que es más urgente flexibilizar la revocatoria de los gobiernos locales, que habilitarlos para que se queden otros cuatro años?